1974
El 1º de mayo de 1974, en la festividad de San José Obrero, el cardenal Silva Henríquez señaló: “La economía –enseña constantemente la Iglesia – ha de estar al servicio del hombre. El motor esencial de la vida económica no puede ser el lucro; su ley suprema no puede ser la libre competencia de la oferta y la demanda.”