Ayer, jueves 26 de septiembre, se vivió un emotivo encuentro en el Salón de Honor de la Universidad Católica con motivo del lanzamiento del libro “Mis Memorias de Memoria”, escrito por el abogado y presidente del directorio de la Fundación de Documentación y Archivo de la Vicaría de la Solidaridad, Javier Luis Egaña Baraona.
El evento contó con una asistencia completa y destacada de muchas personas que compartieron con el autor diversas experiencias vivenciales a lo largo de sus 80 años.
El rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Ignacio Sánchez, ofreció un profundo discurso destacando varios pasajes del autor, su conexión con la universidad y la relación familiar, seguido por la presentación de los panelistas Sol Serrano, académica e investigadora UC y Premio Nacional de Historia; Mariano Fernández, ex ministro de Relaciones Exteriores; Jaime Gazmuri, embajador de Chile en Venezuela; y Rodrigo Tupper, gerente general del Club Deportivo Manquehue y ex sacerdote diocesano de Santiago. Finalizando con las propias palabras del autor, Javier Luis Egaña.
“Qué difícil es poder hablar después de escucharlos a ustedes. Qué difícil es poder hablar después de saludar y abrazar a tantos familiares y a tantos amigos y colaboradores de estos ya largos 80 años de vida”, así comenzó un emocionado autor. Para conocer su voz en profundidad, Mis Memorias de Memoria los espera.
Entre las diversas personalidades del mundo político, social, de derechos humanos y académico, se encontraban presentes la Ministra de Obras Públicas, Jéssica López, y la Superintendenta de Electricidad y Combustible (SEC), Marta Cabeza.
El evento fue una oportunidad para reconocer la trayectoria y vida de Javier Luis Egaña. Se destacó su vocación de servicio, su minuciosidad para los registros escritos y fotográficos, su camino de fe y lealtad, su coherencia vital, su capacidad organizativa de grandes eventos, la cultura y los ritos como huella, su base familiar como soporte y su multifacético camino. Todo este recorrido refleja una parte importante de la historia chilena.
El libro estará próximamente disponible en librerías y plataformas digitales.
Extracto de las palabras de los expositores
“Estamos frente a unas memorias que en realidad son una enciclopedia y ayuda memoria excepcional para aquellos que pertenecemos a la misma generación de Javier Luis: Chile pobre, familias numerosas y católicas, colegios de órdenes religiosas, Universidad Católica, socialcristianismo maritainiano, gobierno de Frei Montalva y sus reformas, Unidad Popular, golpe de Estado y prolongada dictadura militar, la Concertación y la restauración de la democracia, con el éxito de Chile que llega a numerosos acuerdos internacionales, Tratado de Asociación con la Unión Europea, importante crecimiento, reducción de la pobreza membrecía en la Organización de la cooperación y el Desarrollo (OCDE), autonomía política reconocida”, destacó Mariano Fernández en su presentación y agregó: “Esa es una síntesis de lo que nos ha tocado vivir. Y Javier Luis, ordenado, como todos lo sabemos, metódico y detallista, nos conduce por este itinerario, con una mirada poco común por lo minuciosa y por indagar y mostrarnos aspectos de la realidad, condensados en su obra "Mis Memorias de Memoria” que o bien hemos ignorado completamente o si los hemos conocido, en muchos casos, han pasado desapercibidos a nuestros ojos”.
“Nos conocimos hace 70 años -que no es poco- y hemos compartido intensos capítulos de nuestras existencias y, por ello, en mis palabras finales, deseo testimoniar que Javier Luis Egaña es una gran persona, que ha buscado lo mejor para los demás y ha actuado en consecuencia, con vocación solidaria, de servicio y amistad y, simultáneamente, una persona clara, sin dobleces ni pequeñeces. JL encarna la idea "per aspera ad astra", es decir, a través de las dificultades se llega a las estrellas”, cerró las dedicadas palabras de Fernández en el acto de lanzamiento.
“Una parte muy importante de Javier Luis es su talento de gran organizador, un creativo, desde niño. Siempre se rodeó de cultura”, recordó Jaime Gazmuri, quien lo conoce hace 76 años y compartió varias anécdotas para retratar la semblanza del autor: “Otro rasgo es su profunda fe, no ostentosa, que se expresa en acción, en una profunda vocación de servicio que también lo acompañó desde niño y lo sigue acompañando, porque a sus 80 sigue vigente y trabajando… El libro recorre un relato minucioso de la realización de la vocación de servicio de Javier Luis, en los distintos periodos fundamentales de la historia de nuestro país… Es un registro histórico y personal muy acucioso, muy a lo Javier Luis”.
“Quisiera destacar algunos momentos. Una de sus épocas más fecundas y más aportadoras fue cuando asumió como el primer Secretario Ejecutivo de la Vicaría de la Solidaridad. Javier Luis formó tarde del círculo más estrecho e íntimo del querido Cardenal Raúl Silva Henríquez (…) La Vicaría fue, sin duda, un faro y un refugio en la época más oscura de la historia de Chile. Acogió a las víctimas, ayudó a reconstruir la verdad, y luchó incesantemente para reconstruir la justicia. Un trabajo heroico, silencioso, un gran servicio a Chile. Creo que Chile tienen una deuda muy grande de gratitud con todos aquellos y aquellas que construyeron esa tremenda empresa humanitaria que fue la Vicaría”, reconoció un emocionado Gazmuri.
Como el gran organizador de eventos especiales, Jaime Gazmuri, destaca: “Javier Luis aporta una estética en la transición de la democracia, un proceso muy complejo…Es muy notable lo que Javier Luis lideró y construyó con otros creadores: el piano de Bravo, la cueca sola de las madres, la pantalla con los nombres de todos los detenidos desaparecidos en el Estadio Nacional, la presencia de los pueblos originarios… La capacidad para combinar el dolor, la alegría y la esperanza, no era fácil y se desarrolla brillantemente (…) Javier Luis organiza, está detrás y convoca a mucha gente para realizar grandes eventos”.
Luego vino el turno de Rodrigo Tupper: “Mientras preparaba esta sencilla presentación en la memoria de nuestro amigo Javier Luís Egaña Baraona, se me ocurrió pensar en cómo presentaría Wikipedia a Javier Luis. Tal como lo imaginé, el artículo estaría completo hasta el 1 de septiembre de este año, en el 80º cumpleaños de nuestro amigo. Después de los datos biográficos de rigor, donde decía profesión, encontraría la palabra “vocación”: organizador nato y creativo, revestido de abogado. Es capaz de organizar desde el mundial de rayuela hasta el primer viaje turístico a la parte oscura de la luna. Y hacerlo muy bien”, relató con gracia.
“En lo relativo a su religión católica, es más bien reservado en cuanto a su fe, pero la vive intensamente como laico postconciliar. En su vida se encarna muy bien la Constitución conciliar “Gaudium et Spes: los gozos y las esperanzas de la humanidad son los gozos y esperanzas de la Iglesia”. Con la sola diferencia que el don de Javier Luis es saber transformar las esperanzas en realidad, y realidades que traen gozo y paz a los desanimados y sufrientes”, profundiza Tupper y agrega: “Con ese mismo espíritu y tesón, nuevamente junto al Cardenal contando con el equipo de la Vicaría, llevó adelante el visionario Simposio de Derechos Humanos, haciendo de estos derechos una realidad cercana, tangible, hecha canto, poesía, cuadros famosos, serigrafías, y encuentros políticos y sociales, semillas profundas cuyo fruto se pudo cosechar con el retorno a la plena democracia”.
“Las personas como Javier Luis trabajan para el cumplimiento de sus objetivos y no piensan en reconocimientos. Sin embargo, los son muy merecidos, como por ejemplo el que tuvo, junto a todo el equipo de la Vicaría de la Solidaridad al ser reconocido por las Naciones Unidas el 11 de diciembre de 1978”, destacó Rodrigo Tupper y agregó luego de otras distinciones: “Honestamente creo que, si de distinciones se trata, faltaría una condecoración del gobierno de Chile por su servicio invaluable a la plena democracia en el país”.
“Tengo la convicción personal que Javier Luis es un imprescindible de la historia reciente de nuestra Patria y de la Iglesia Católica de la cuál ha sido un discípulo audaz y valiente”, afirmó Rodrigo Tupper.
“Es un texto apasionante, bien narrado, cronológico, pero no lineal, sobre una vida que encontré que se parecía a la de Forrest Gump, y estaba en “the right place” siempre”, dice Sol Serrano, quien expone también sobre el libro: “Tiene un tono coloquial, a veces irónico y divertido (…) Como ya se ha dicho, es muy metódico, lo que le da una viveza a la fuente. Y como es muy generoso quiso poner a todo el mundo…”
“Son las memorias de un joven chileno de los años ’60 que lo define su pertenencia a la Iglesia y al catolicismo social (…) Es un testimonio de un católico, laico, comprometido, con gran servicio público, pero que además siguió siendo católico”, reflexiona Sol Serrano, quien expuso un análisis de los hitos históricos donde estaba presente el autor y el contexto donde se desarrolló, a pesar de las crisis. “Javier Luis es un hombre que crece, pero que no cambia. Es impresionante ver que con todo lo ocurrido, Javier Luis es igual a sí mismo. Fue quizás eso que me hizo ligarlo con el catolicismo social, una de las grandes tradiciones de este país (…) Una tradición resiliente ante el dolor, gozadora, que recibe más como un regalo que como mérito. Javier Luis vive en la misma casa donde se casaron, tendría la misma Citroneta de antaño…Vemos más procesos entre líneas, de una cultura arraigada en dos Patrias, que han sido las patrias de Javier Luis: la chilena, por cierto, y la de la tierra prometida”.
Tal como se refirió Mariano Fernández, “estas memorias serán una delicia para historiadores contemporáneos porque es difícil pensar que pueda encontrarse una información tan detallada sobre el cómo se lleva a cabo una iniciativa en otros períodos de la historia de Chile”.