El 5 de octubre de 1988, Chile vivió una jornada histórica que marcó el inicio del fin de la dictadura militar liderada por el general Augusto Pinochet. En un ambiente de plena normalidad, se llevó a cabo un plebiscito nacional para decidir la continuidad del régimen. La opción “NO” a la continuidad de Pinochet obtuvo el 54,6% de los votos, mientras que el “SÍ” alcanzó el 43,04%.

La participación ciudadana fue masiva, con una asistencia del 97,53% de los votantes registrados. Este resultado reflejó el deseo de la mayoría de los chilenos de poner fin a 17 años de dictadura y abrir paso a un proceso de transición hacia la democracia.

La noche del 5 de octubre y la mañana siguiente, las calles y plazas de todo el país se llenaron de personas celebrando el triunfo del “NO”. En Santiago, la Alameda se convirtió en el epicentro de un carnaval espontáneo, donde la alegría y la esperanza se manifestaron en cada rincón. No sin antes, haber pasado muchas horas de incertidumbre ya que el régimen no daba los resultados reales y se rumoreaba que no reconocerían el triunfo de la opción NO.

Este plebiscito no solo significó el rechazo a la continuidad de Pinochet, sino también la convocatoria a elecciones democráticas para 1989, que marcarían el retorno de Chile a la democracia. La victoria del “NO” fue un triunfo de la movilización social y de la unidad de las fuerzas opositoras, que lograron canalizar el descontento popular en una votación histórica.

Hay mucho material escrito y audiovisual sobre este hito que permitió emprender el retorno a la democracia. Esto es sólo un recordatorio de un día alegre para la mayoría de los chilenos y chilenas. Un resguardo de la democracia.

El 5 de octubre de 1988 quedará en la memoria colectiva de Chile como el día en que la ciudadanía, con un lápiz y un papel, decidió recuperar la democracia y construir un futuro más libre y justo. Sin odio, sin violencia, ganó el NO.

 

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