El 22 de julio de 1983, la policía chilena informó que Juan Alberto Alegría Mondaca, un carpintero de Valparaíso, se había suicidado. Junto a su cuerpo, se encontró una nota en la que Alegría Mondaca se inculpaba del asesinato de Tucapel Jiménez, un destacado líder sindical. Sin embargo, las investigaciones judiciales posteriores revelaron una verdad mucho más oscura: el supuesto suicidio de Alegría Mondaca y su confesión fueron parte de un elaborado encubrimiento por parte de agentes del Estado, quienes realmente habían orquestado el asesinato de Jiménez.

Tucapel Jiménez, presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), fue asesinado el 25 de febrero de 1982. Su muerte causó una profunda conmoción en Chile y aumentó la indignación contra el régimen de Augusto Pinochet. Jiménez era conocido por su valiente defensa de los derechos laborales y su abierta oposición a la dictadura, lo que lo convirtió en un blanco para los servicios de seguridad del Estado.

El encubrimiento del asesinato de Jiménez mediante la fabricación de un suicidio y la falsa confesión de Alegría Mondaca es un ejemplo flagrante de los métodos represivos y manipuladores utilizados por la dictadura para silenciar a sus opositores y mantener su control sobre la narrativa pública. Estos actos no solo buscaban eliminar a quienes desafiaban al régimen, sino también crear una atmósfera de miedo e incertidumbre entre la población.

La verdad salió a la luz gracias a la perseverancia de los investigadores judiciales y a la presión constante de la comunidad internacional y de los defensores de los derechos humanos en Chile. Se descubrió que Alegría Mondaca había sido asesinado por agentes del Estado para encubrir su participación en el asesinato de Jiménez.

Los hechos fueron los siguientes: El 25 de febrero de 1982, es asesinado por degollamiento y disparos de armas de fuego el dirigente sindical y Presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), Tucapel Jiménez, quien encabezaba un movimiento unitario de trabajadores. Su cadáver aparece en el interior de su vehículo en el camino a Lampa. Se establece después que los autores del homicidio son funcionarios de la CNI.

Dos días después, el 27 de febrero, en la Catedral Metropolitana se realiza una misa fúnebre presidida por el Obispo Auxiliar de Santiago, Monseñor Jorge Hourton. Son detenidas numerosas personas… Y el amedrantamiento se multiplica.

La valentía de quienes investigaron y expusieron la verdad, así como el legado de Jiménez como defensor de los derechos laborales, continúan inspirando a las nuevas generaciones sindicales.

Fotos Archivos de la Vicaría de la Solidaridad. Funeral de Tucapel Jiménez.

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Febrero de 1982, es asesinado el dirigente Tucapel Jiménez
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