El 17 agosto de 1976, la dictadura militar ecuatoriana arresta a un numeroso grupo de obispos reunidos en la ciudad de Riobamba. Entre ellos se encontraban tres chilenos: monseñor Fernando Ariztía, monseñor Carlos González y monseñor Enrique Alvear, quienes fueron expulsados de Ecuador. Al regresar a Santiago, un grupo de numerosos agentes de la DINA los agredió piedras, con gritos, insultos y monedas en el aeropuerto.