En noviembre de 1978, en el marco del Año Internacional de los Derechos Humanos, la Iglesia de Santiago organizó una notable exposición en el Convento de San Francisco: "Chile defiende la vida". Esta muestra internacional de plástica reunió a destacados artistas de la época, como Roser Bru, Nemesio Antúnez, Delia del Carril y Roberto Matta, entre muchos otros. Cada obra expuesta era un testimonio del compromiso y la resistencia frente a las violaciones de los derechos humanos.

La inauguración de la exposición fue un acto de valentía y creatividad. El mismo día de la apertura, los artistas y asistentes tuvieron que enfrentar los intentos de la CNI (Central Nacional de Informaciones) por impedir la realización del evento.

“Un grupo significativo de artistas nacionales nos propusieron realizar una carpeta serigráfica, en donde cada uno de los 30 artículos de la Declaración Universal sirviera de inspiración a otros tantos artistas plásticos que interpretaran esos derechos”, así se explicaba parte de la exposición.

“Nos dimos cuenta de que el compromiso de este sector cultural iba más allá, quería romper el aislamiento histórico a que ha estado sometido el arte, para llevar su palabra a los más amplios sectores. Tenían algo que decir y querían decirlo a todo el que quisiera o pudiera escuchar. Querían decirlo colectivamente, integrando el pintor, el grabador, el escultor, al artista de la técnica perfecta y al aficionado, al chileno que vive en Chile y al exiliado, al artista nacional y al extranjero. Así nació la idea de esta exposición de la plástica internacional”, explicaban desde el equipo organizador.

En la muestra participaron 170 artistas visuales, entre ellos, Gracia Barrios, José Balmes, Francisco Brugnoli y Mario Toral. Pero la convocatoria también se extendió a otros países, lo que dio como resultado que se sumaran exponentes de Argentina, España, Inglaterra y Francia, entre otros.

El catálogo original de la muestra es un documento histórico que refleja no solo el talento y calidad de los artistas participantes, sino también su profundo compromiso con la defensa de la vida y los derechos humanos en un contexto de represión y violencia. Cada obra de arte era una voz en contra de la injusticia, un llamado a la conciencia, a la reflexión y a la acción. Un testimonio de que el miedo no borra la vida.

Catálogo exposición.pdf
https://www.vicariadelasolidaridad.cl/sites/default/files/2023-11/Catalogo%20exposicion.pdf