El 13 de noviembre de 1979, el Vicario General de Santiago, Monseñor Ignacio Ortúzar, presenta una denuncia por entierro masivo e irregular en el Patio 29 del Cementerio General de Santiago.
Consuelo Cofré, estudiante Antropología de la Universidad de Concepción y practicante del Área de Colecciones e Investigación del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, realizó un trabajo en 2023 donde da un contexto de lo ocurrido con el Patio 29 del Cementerio General de Santiago.
Patio 29 fue utilizado por el régimen militar entre los últimos meses de 1973 y 1974 para sepultar clandestinamente a más de cientos de detenidos y ejecutados políticos. Los cuerpos que iban a parar al Cementerio, venían de las instalaciones del Servicio Médico Legal los cuales eran encontrados y recogidos en plena vía pública, sacados de ríos, campus universitario o que directamente venían de los centros de reclusión y tortura empleados en el periodo de la dictadura para la realización de autopsias correspondientemente, donde más tarde serian sepultados bajo el desconocimiento y sin autorización de sus familias nominados como N.N. en las inscripciones de las cruces. En este proceso no se cumplieron las normas de sepultura de inhumación de cadáver por tumba, lo que generó que hubiese dos, tres, hasta cuatro personas en una misma fosa. Tampoco se respetó el registro de los cuerpos que fueron identificados en 1973 por el Instituto Médico Legal para ser enterrados con su respectiva identidad, lo cual no se cumplió y tampoco se les notifico a las familias.
Durante este periodo se registraron un total de 320 inhumaciones en el cementerio catalogadas como N.N. A razón de estos hechos, en noviembre de 1979 la Vicaría de la Solidaridad recibió la denuncia de un trabajador del cementerio sobre exhumaciones ilegales que se estarían llevando a cabo en el Patio 29. Esta información llegó al Ministro de Visita Humberto Espejo de parte del monseñor Ignacio Ortúzar el 13 de noviembre de 1979 debido a la idea de que en el lugar podrían existir los cuerpos de 6 personas del Caso Paine.
El ministro Espejo notificó al director del Cementerio General que se prohibía toda incineración, exhumación o traslado de las personas enterradas como NN, sin embargo, no se respeta y el caso es derivado a la Justicia Militar donde se reiteró la orden anterior y no se realizaron procedimiento en el lugar por 10 años. Dado los hechos presentados en 1979 se tuvo conocimiento pleno de que los rumores de entierros clandestinos en el Patio 29 eran ciertos.
En 2008 se lanzó el libro Patio 29. Tras la cruz de fierro, de Javiera Bustamante y Stephan Ruderer, cuya motivación principal se desprende de su introducción: La historia del Patio 29 es ciertamente una de las experiencias humanas más fuertes y dolorosas que nos ha dejado la dictadura, como así mismo, una de las más desconocidas; por supuesto, hasta aquel fatídico abril de 2006 en que conocimos el escándalo provocado por el error de identidades. Al daño provocado por la violencia de esos 17 años, se sumó la eterna angustia del encuentro que no se produce. Cuando se pensó que la búsqueda había terminado, que el reconocimiento se había hecho y que se podía enfrentar la vida con otros ojos, volvió la sensación del profundo dolor y de la incontenible angustia.
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Patio 29
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