El 18 de mayo de 1984, María Loreto Castillo perdió la vida en una torre de alta tensión, al ser dinamitada tras ser detenida por agentes de seguridad. Sí, leyó bien, “dinamitada”.

Este escalofriante hecho, se intentó camuflar como un acto terrorista para encubrir su ejecución. Su pareja, Héctor Muñoz, sobrevivió y días después reveló los detalles de lo ocurrido en una conferencia de prensa realizada en la Vicaría de la Solidaridad. Ahí estuvieron presentes, entre otras personas y prensa, la madre de Loreto que había hecho una previa denuncia de su desaparición, y los tres hijos pequeños de la víctima.

Luego del testimonio de Héctor Muñoz, el sacerdote jesuita español, Ignacio Gutiérrez de la Fuente, Vicario Episcopal de la Solidaridad (entre otros legados), comentó (narración completa en su libro publicado más abajo):

“Al final del relato se hizo un largo y denso silencio. Muy pocos periodistas hicieron preguntas. Los hechos eran un mazazo y la figura maltratada del testigo tenía una elocuencia única. Era hora de cerrar la conferencia de prensa. Solamente añadí:

«El relato de los hechos es aterrador. Lamentamos profundamente que cualquier ciudadano de este país pueda correr este tipo de suerte. Denunciamos rotundamente este tipo de comportamiento contra cualquier ciudadano. Denunciamos la falta

de respeto fundamental por la vida y, ciertamente, seguimos comprometidos, no sólo por defender a esta persona, sino a toda persona que sienta que sus derechos básicos no son respetados. Anhelamos el que este tipo de conductas desaparezcan de nuestro país. Esto envenena el alma de nuestra patria. Son heridas que tardan mucho en cicatrizarse, si es que cicatrizan alguna vez. Este tipo de conductas tenemos que desterrarlas, porque son irracionales e inhumanas y, como muchas veces lo hemos dicho, degradan mucho más a los causantes que a sus víctimas. Esperamos que casos como éste aleccionen a todo el país, para que haya un movimiento de opinión que diga: Basta, basta de poner en peligro la vida. Que se acabe todo amedrentamiento al hombre de nuestra Patria. Que el hombre y la mujer de nuestra Patria puedan salir en las noches por las calles, sabiendo que pueden volver tranquilos a su casa, porque cada chileno está protegido. No queremos ningún guardián de la vida que nos ponga en peligro la vida».

Links de interés:

CHILE, LA VICARÍA DE LA SOLIDARIDAD (libro de Ignacio Gutiérrez) (Relato del caso a partir de la página 143).

https://www.vicariadelasolidaridad.cl/documentos/chile-la-vicaria-de-la-solidaridad-0

SITUACIÓN GENERAL DE LA MUJER BAJO EL GOBIERNO MILITAR

https://www.vicariadelasolidaridad.cl/documentos/situacion-general-de-la-mujer-bajo-el-gobierno-militar